También existían otros “Colegios Nacionales”, algunos, hoy lo consideraríamos absolutamente inhabitables, pero eso lo que había. No llegué yo a pisar el de San Francisco, pero algunos de sus moradores me hablaban de él, como lugar absolutamente insalubre, por otra parte, cuando las casas (que se describían en anteriores entregas) hoy la consideraríamos, también inhabitables, los usuarios no le ponían muchas pegas, que digamos. Este colegio de San Francisco estuvo en el llamado Patio de San Francisco, y según se ilustra con la fotografía de Quijano, su paupérrima presencia ya daría motivos, más que suficientes, para hacer “rabona”. El Colegio Padilla ubicado en su calle homónima albergaba un par de aulas (niños y niñas). Había otro por cerca de la “Salida de Isla”, que era una vivienda habilitada.
Por aquellos años, como un despliegue de poderío y altruismo, se inauguraron dos colegios rurales, los llamados Casería y Buen Pastor, junto a la casa de los maestros, que en aquellas calendas y hasta hace bien poco, el alojamiento corría a cargo del municipio, sobre todo, debido a lo exiguo de sus pagas y a que los traslados eran forzosos.
No obstante, existían dos maravillosos centros para clases extraescolares y con brillante porvenir. Me refiero al Centro Obrero, que desde 1884 tenía abierta sus puertas a todo el personal estudiantil de La Isla, donde, además de apoyarles en gramática, aritmética, geometría y álgebra, les daban dibujo lineal o técnico. El conjunto de estas materias les daba pie a presentarse para la Escuela de Condestables o de Torpedistas (entonces ubicadas en San Fernando). Muy buenos alumnos salieron de sus aulas y por citar a dos, el que llegaría a Capitán General del ejército y Ministro del ramo, José Enrique Varela y el general Albarrán del cuerpo de Máquinas de la Armada.

En lo que hoy está la plaza del Castillo, estuvo instalada en edificio propio, la llamada Escuela Elemental del Trabajo, creada por el coronel de artillería, Font de Mora, Comisario regio para la Enseñanza Industrial en la Provincia, en 1928. En esta Escuela del Trabajo, además de ver como descarrilaba el tranvía que iba a La Carraca al girar desde la calle Real para subir por Escaño, se impartían clase de Maestría Industrial, es decir, todas las ramas del metal torno, fresa, ajustes, etc…) y de madera, sin olvidarnos del dibujo técnico. Esta Escuela preparó a brillantes profesionales para la Bazán o “La Constructora”, así como especialistas de la Armada y oficiales de la Marina mercante. Fue la antecesora del, hoy, I.E.S “Las Salinas”.
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